martes, 24 de enero de 2012

Verdades y mentiras sobre las personas sordas

En la anterior entrada os hablaba un poco sobre las personas sordas y la Lengua de Signos, en esta publicacion os cuento algunas verdades y mentiras sobre las personas sordas. Espero que os ayuden y os sorprendan.


¡Nada de sordomudos!

Las personas sordas son aquellas que tienen una pérdida auditiva (mayor o menor) y encuentran en su vida cotidiana barreras de acceso a la comunicación y la información.
Sordomudo es un término trasnochado e incorrecto que resulta molesto para este colectivo. Y es que tradicionalmente se pensaba que una persona sorda "aparentemente" era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que pueden comunicarse a través de la lengua de signos y también de la lengua oral (en su modalidad escrita, hablada y cada cual en función de sus habilidades)


¿Qué es la Comunidad Sorda?

Es el colectivo que participa de unos valores culturales y lingüísticos construidos en torno a la lengua de signos y a una concepción del mundo visual. La comunidad sorda está formada por personas sordas y oyentes que comparten un mismo legado lingüístico y cultural.


¿Una lengua de signos para todo el mundo?

Pues no; la lengua de signos no es universal. Cada país posee su propio idioma, al igual que ocurre con las lenguas orales. En España, por ejemplo, contamos con la lengua de signos española y, en el ámbito de Cataluña, la lengua de signos catalana. Por cierto, la expresión "lenguaje de signos" también es totalmente incorrecta. 

 
Signar no es hablar

Claro, porque signar es el verbo que define la comunicación en lengua de signos. Cuando usamos las lenguas orales hablamos pero cuando usamos cualquier lengua de signos, signamos.


Leer los labios


Es un mito extendido considerar que todas las personas sordas pueden comunicarse perfectamente gracias a unas dotes increíbles para la lectura labial. No es cierto. La lengua oral está concebida para percibirse por el oído y no por la vista. Hay muchas situaciones que impiden hacer una buena lectura labial, como la falta de luz, la mala vocalización de quien nos habla, la velocidad.


¿Y cómo son las barreras de comunicación?

Pues lo cierto es que no se ven, ya que son muy sutiles pero impiden a las personas sordas participar. La falta de subtítulos, de señales luminosas para advertir de alguna situación o la ausencia de intérpretes de lengua de signos en los distintos ámbitos de la vida son barreras que dificultan el acceso a la comunicación y la información y aíslan a las personas sordas.


¿Si grito mucho me entiendes?

Una persona sorda no tiene porqué oírle por mucho que chille. Lo mejor es hablarle despacio, vocalizando, de frente, sin taparse la boca y sin aspavientos.


La actitud es lo que cuenta 

Lo más importante para comunicarse con una persona sorda es querer hacerlo. Su voluntad de entender y hacerse entender es fundamental. Por otra parte, aprender la lengua de signos nos ofrece la posibilidad de tener una conversación eficaz, completa y en tiempo real con una persona sorda usuaria de esta lengua. ¡Anímate y aprenda a signar!

Hoy os voy a hablar un poco sobre las personas Sordas y la Lengua de Signos Española

En nuestro país, hay casi un millón de personas con diferentes tipos y grados de sordera. De este total, aproximadamente, un 10% cuenta con certificado de discapacidad, lo que le convierte en el grupo más vulnerable del conjunto.
El colectivo de personas sordas es muy diverso. En esta variedad influyen factores relacionados con el tipo y grado de sordera, con el contexto familiar, educativo y social en el que se desenvuelve la persona sorda. Al igual que en el resto de la población, entre las personas sordas encontraremos niñas sordas y niños sordos, jóvenes sordos, personas mayores sordas, personas sordas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, personas sordas con discapacidades añadidas, personas sordas inmigrantes, etc. Todas y cada una de ellas con sus necesidades y demandas concretas.
Las personas sordas se comunican de diferentes formas: para algunas la lengua de signos española es su primera lengua mientras que para otras es la lengua oral; las hay que dominan ambas lenguas (signadas y orales) y se sienten igualmente cómodas con las dos mientras que para otras, una de ellas es la preferente; hay quienes aprendieron a signar desde pequeñas y otras que lo hicieron en edades adultas; algunas son usuarias de implantes cocleares o audífonos y entre ellas, hay quienes usan la lengua de signos y quienes no; además, dentro de ese grupo, hay personas que consideran que las ayudas técnicas a la audición son suficientes para participar en el mundo que les rodea mientras que para otras, aun siendo necesarias, son insuficientes.
También encontraremos personas sordas que, a causa de un sistema educativo no inclusivo, tienen problemas de expresión y comprensión de textos escritos. Esto es así porque han existido y siguen existiendo escuelas cuya metodología es puramente monolingüe, centradas únicamente en la comunicación en lengua oral que ni antes ni ahora han contemplado el conocimiento y uso de la lengua de signos durante la infancia y la juventud de las personas sordas ni tampoco animan a las familias a aprenderla.
Es importante saber que, aún tratándose de un colectivo heterogéneo, todas las personas sordas, cualquiera que sea su grado de sordera y situación individual, comparten la necesidad de acceder a la comunicación e información sin barreras

lunes, 23 de enero de 2012


Os dejo un vidio del dia a dia de Francisco Freire, persona sordociega. Espero que os guste.

lunes, 16 de enero de 2012

  La sordoceguera es una discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), que genera en las personas que la padecen problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto interesarse, y desenvolverse en su entorno.
  Algunas personas sordociegas son totalmente sordas y ciegas, mientras que otras tienen restos auditivos y/o visuales. En todo caso, el efecto de incomunicación y desconexión con el mundo que produce la combinación de las dos deficiencias es tal, que la persona sordociega tiene graves dificultades para acceder a la información, a la educación, a la capacitación profesional, al trabajo, a la vida social y a las actividades culturales.
  En el caso de las personas sordociegas de nacimiento, o de las que adquieren la sordoceguera a temprana edad, la situación se complica por el hecho de que pueden darse problemas adicionales que afecten a su personalidad o conducta. Tales complicaciones reducen aún más sus posibilidades de aprovechar cualquier resto visual o auditivo.
  De todo ello se deduce que la sordoceguera es una discapacidad con entidad propia y que las personas sordociegas requieren servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación para hacer frente a las actividades de la vida diaria.

 A nivel estatal, el número de personas sordociegas censadas por la ONCE es de 1.129 personas, aunque se estima por estadística comparativa con otros países de la Unión Europea que hay 15 personas sordociegas por cada 100.000 habitantes, esto significaría que en España hay unas 6.000 personas sordociegas. Aún así es importante destacar que es difícil estimar el número de personas sordociegas ya que hay muchas personas que adquieren la sordoceguera a lo largo de su vida, especialmente en la tercera edad y esto hace que su detección sea más complicada.